Lunes 05 de Junio del 2017 – LOS NIÑOS – Devoción matutina para la mujer

LOS NIÑOS

“Reconócelo en todos tus caminos y él hará derechas tus veredas” (Prov. 3:6).

Los niños son maravillosos; un regalo de Dios. De bebés, son completamente dependientes, pero llega el día en que nosotras, como madres, tenemos que dejarlos ir, poco a poco. ¿Recuerdas lo que sentiste cuando tuviste que soltar la mano de tu niño para que corriera detrás de otros niños en la guardería, y cuando tuviste que dejarlo allí mientras te alejabas? Sales por la misma puerta que entraste, y luego se cierra entre tu pequeño tesoro y tú. En casa de nuevo, cierras otra puerta. Este ha sido un día muy largo.

Con cada paso que das, tu corazón palpita más rápido y tu deseo se hace más fuerte. El tiempo hasta que puedas envolver de nuevo en tus brazos a tu querido hijo parece como un reloj de arena, lleno de toda la arena de la playa más cercana. Y cuando finalmente llega el momento de recoger a tu hijo, y él corre hacia ti con alegría y te da un abrazo grande, ¡te sientes inmensamente feliz!

¡Cuánto más grandes son los sentimientos de nuestro Señor! ¡Él nos creó! ¡Él ve hacia dónde vamos! No hacia una guardería, sino lejos de él; lejos de la vida eterna. ¿Y nosotras? Con cada decisión que tomamos, por pequeñas que nos parezcan, debemos ser conscientes del hecho de que solo hay dos opciones: 1) elegir el mundo, el pozo cenagoso que nos va a contaminar, e ¡incluso matarnos! Una decisión en contra de Dios y de la vida. O 2) elegir a Dios, ¡el camino puro! ¡Elegir la vida! Y esta también es una decisión que debes tomar por ti misma; una decisión que nadie más puede tomar por ti.

Mi deseo para ti -y para mí-, al comienzo de cada día, es que elijamos la segunda opción, y que digamos no a la desobediencia contra Dios. No a la separación de Dios; no al mundo; no a Satanás; no a los desvíos; no a lo que se interpone entre Jesús y tú.

También deseo que digamos sí a Dios. Sí a la morada en la casa de nuestro Padre; sí a la vida eterna; sí a la paz en nuestros corazones; sí a la luz; sí al amor; sí a…

Que, como hijas de nuestro Padre celestial, podamos llenar de alegría su corazón diciendo sí a la decisión correcta.

Kerstin Dorn

Radio Adventista

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