EL LADRÓN MÁS FAMOSO DEL LEJANO OESTE
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que ¡a tengan en abundancia” (Juan 10:10).
Todo llega a su fin. Y la vida de Jesse James también. Y culminó un día como hoy, en 1882. James fue un forajido estadounidense y el integrante más famoso de la banda de asaltantes James-Younger. Asesinado a traición, se convirtió en una figura legendaria del Viejo Oeste.
La muerte de su padre (un pastor bautista de Kentucky) sucedió cuando él solo tenía tres años. La Guerra Civil estadounidense se aproximaba, lo que complicó más el panorama. Casi sin vislumbres de posibilidades, él, su hermano Frank y los tres hermanos Younger (Colé, Jim y Bob) comenzaron a asaltar bancos y trenes, con notable audacia y eficacia. Pronto, la banda se hizo tristemente famosa y temida en los Estados Unidos. La cabeza de James tenía una recompensa de diez mil dólares.
Sin embargo, hay un ladrón más famoso y más peligroso que aquel malviviente del Lejano Oeste. Él quiere robarnos nuestra dicha y la vida eterna. Aparece enmascarado bajo cócteles de atractivas tentaciones y sugerentes placeres que conducirían a la felicidad. Nada más alejado de la verdad.
Sus prácticas contrastan con las de Jesús, el Buen Pastor, quien cuida y protege sus ovejas, y hasta da su vida por ellas. Sus argumentos son falsos porque, como buen ladrón, se especializa en mentir. Juan 8:44 brinda un preciso y nada envidiable currículum: es homicida desde el principio, es el padre de la mentira y no hay verdad en él. Estamos hablando de “el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” (Apoc. 12:9).
Engaña desde que prometió a Eva que no moriría (Gén. 3); algo que estaba fuera de su poder cumplir. Engaña pretendiendo que es posible ser feliz desechando los mandatos divinos o cumpliendo parcialmente algunos. Engaña haciéndonos creer que el sexo libre es amor; que el dinero compra todo; que el fin justifica los medios; y que los estimulantes externos causan alegría y paz. La lista de engaños es tan variada y creativa como su astucia.
Hoy puede ser un día histórico. Presta atención al engaño. No te dejes entrampar. Camina con Jesús, estudia su Palabra y sigue la verdad, que te hará libre (Juan 8:32).
“Si estudiáis la Biblia con humildad, con ferviente oración en demanda de dirección, los ángeles de Dios abrirán para vosotros sus realidades vivas, y si apreciáis los preceptos de la verdad, ellos serán para vosotros como una muralla ígnea contra las tentaciones, los engaños y los encantamientos de Satanás” (Elena de White, Nuestra elevada vocación, p. 212).