¡Un solo sabio es más fuerte que diez ciudadanos prominentes de una ciudad! (Eclesiastés 7:19).
-¡Eres un marica! -se burlaba de Isaac Newton uno de los muchachos mayores de la Escuela King-. ¡Apuesto que tienes miedo de pelear!
La verdad era que Isaac no quería pelear. No le gustaban los juegos rudos que acostumbraba practicar la mayoría de los niños. Prefería dedicar su tiempo a leer, dibujar o realizar experimentos.
-¡Marica! ¡Cobarde! -continuó molestándolo el abusivo.
Viendo que Isaac no respondía a sus insultos, el aprovechador le asestó un tremendo puntapié en el estómago.
Eso era más de lo que Isaac podía soportar. Cegado por la Ira, se le echó encima al rufián y lo golpeó con saña. No estando preparado para semejante reacción, el grandulón cayó al suelo. Se formó un pequeño círculo de niños que animaba a Isaac.
-¡Pégale más fuerte! -gritaban sus amigos-. ¡Vamos, que lo tiene bien merecido! ¡Hazle besar el suelo!
Cuando Isaac hubo terminado con él, el grandulón se escabulló disimuladamente. Pero aunque había ganado la pelea, Newton no se sentía bien. Debía haber una mejor manera de superar a su enemigo. Lo pensó bien esa noche y trazó un plan.
El otro muchacho lo aventajaba en las clases. A decir verdad, aunque Isaac era inteligente, estaba más interesado en otras cosas que en las tareas escolares.
-Estudiaré mucho y le ganaré en las clases a ese abusivo. ¡La próxima vez lo pensará dos veces antes de molestarme!
El director no solo estaba sorprendido, sino contento por los progresos de Newton. Pronto, Isaac se convirtió en el mejor alumno de la Escuela King. Siguió adelantando a punto tal que llegó a ser el más grande científico de su tiempo. Descubrió las leyes del movimiento y de la gravedad, el telescopio de espejos y el cálculo, entre otras cosas. Por sus éxitos en la escuela, no solo se ganó el respeto de su rival, sino también de todos cuantos lo conocían.
Isaac probó dos maneras de ganar al muchacho que lo molestaba. ¿Cuál de las dos crees que dio mejor resultado? ¿De qué manera ¡lustra el texto de hoy la experiencia de Isaac Newton? ¿Podrías pensar en otros métodos para superar a una persona que te hace la vida imposible? Puede ser que Romanos 12:20 te dé la clave para hacerlo.