No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jehová. Levítico 19:14.
Una lectura cuidadosa del capítulo 19 de Levítico te hará concluir que es una explicación detallada de los Diez Mandamientos. El texto hoy está relacionado con el trato justo a nuestros semejantes, específicamente a quienes tienen algún impedimento físico.
¡Qué Dios tan misericordioso tenemos, que tiene cuidado especial de los menos afortunados y se agrada de las personas que manifiestan una actitud de respeto y prioridad por quienes sufran algún impedimento! “Cualquier ser humano que necesita nuestra simpatía y nuestros buenos servicios, es nuestro prójimo. Los dolientes e indigentes de todas las clases son nuestros prójimos y cuando llegamos a conocer sus necesidades, es nuestro deber aliviarlas a cuanto sea posible” (MB, p. 49 ).
Mi padre, cuando era anciano, perdió la capacidad de oír. Era divertido hablar con él, ya que contestaba cosas totalmente distintas a las que se le preguntaban. Aquel hombre que me había infundido tanto miedo era ahora u anciano que dependía del cuidado de sus hijos. En medio de su incapacidad, aprendí a conocerlo mejor, respetarlo y honrarlo.
Hay una sordera y una ceguera que son dignas de consideración: la ceguera y sordera espirituales. Hay individuos sorprendidos al llamado divino, ciegos a las bellezas que les rodean. Solo pueden ver sus desgracias, pero están inhabilitados para observar las lecciones de vida detrás de cada aparente derrota. Hay quienes solo ven perseguidores, enemigos y malas intenciones; esta incapacitado para ver que detras de ciertas personas y actitudes se esconden maestros y grandes enseñanzas de la vida. Como consecuencia, limitan el crecimiento espiritual.
No fuiste llamada a ser jueza, sino a ser intercesora y reconciliador, por lo tanto, no te corresponde determinar quién es espiritualmente soro o ciego. No les hagas el camino intransitable a los impedimentos de la vista o la capacidad auditiva del alma.
Presenta hoy ante el altar divino a quienes están impedidos físicamente y ten paciencia y misericordia por quienes, a tu juicio, están impedidos espíritu.