Jueves 8 de febrero “LA ESPIRITUALIDAD ATRAPADA” Adultos

LA ESPIRITUALIDAD ATRAPADA

«Hablamos, no con palabras enseñadas por la sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual» (1 Corintios 2: 13).

VARIOS FACTORES afectan nuestra relación con Dios. Uno de ellos es el secularismo. Este estilo de vida nos conduce a un vacío existencial, a la soledad y al aburrimiento; todo neutraliza nuestra sensibilidad espiritual, hasta que finalmente nos lleva a la dureza de corazón.

Nuestro problema es que tendemos a postergar nuestro tiempo con Dios para estar atareados y ocupados en las actividades de la iglesia, así que lo espiritual se sustituye por la actividad, y aun cuando todo tiene su lugar, nuestro tiempo con Dios debería ser una prioridad al comenzar el día. Las preocupaciones de la vida cotidiana, como el trabajo, el estudio y el cuidado del hogar, son factores que pueden romper la conexión espiritual que tenemos con Dios. Trabajamos bajo tanta presión, concentrados en procesos, procedimientos y la resolución de los problemas que nos tienen tan presionados, que nuestra mente queda prendada de las cosas terrenales, y así fácilmente nos olvidamos de Dios.

La tecnología es otra herramienta que Satanás utiliza para separarnos de Dios. Incluso, es todavía más peligrosa porque, generalmente, cuando la usamos, nuestros sentidos pueden contaminarse con imágenes corruptas o secuencias de dudosa moralidad. Cuando nos sentamos frente a la televisión o el monitor de la computadora para navegar en Internet, generalmente bajamos la guardia y dejamos que el maligno introduzca toda clase de imágenes y palabras para transformar nuestra conciencia.

Todo lo que afecte nuestra comunicación y relación cercana con nuestro Dios afecta la espiritualidad que tanto necesitamos incrementar cada día, porque es la fuerza que nos sostiene ante cualquier tribulación. Sin embargo, podemos cultivar la relación íntima con Dios hasta en un ambiente permeado de inmoralidad.

No existen excusas para no desarrollar una espiritualidad vibrante; aun en medio de las condiciones más desafiantes. Dios desea concedernos el Espíritu Santo si se lo pedimos ahora. Búscalo, le interesa muchísimo estar contigo.

Radio Adventista

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