Jueves 5 de Mayo – Un remedio efectivo – Devocional para Jóvenes

Un corazón alegre es la mejor medicina; un triste ánimo deprime a todo el cuerpo (Proverbios 17:22).

EL GOZO ES UNO DE LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO (Gál. 5:22) que debería caracterizar a todo cristiano. Si bien los medios de comunicación transmiten noticias que intentan quitarnos el gozo de vivir con Cristo, los hijos de Dios debemos luchar para conservar la alegría y confiar en las promesas de Dios que elevan nuestra esperanza.

Es decir, en medio de un mundo que se deleita en vivir de manera sombría y pesimista, los cristianos estamos llamados a ser optimistas y alegres. Dios desea compartir su gozo con nosotros. Está comprobado científicamente que un espíritu alegre optimiza la circulación sanguínea, fortalece el sistema inmunológico y está mejor preparado para afrontar situaciones adversas.

Pero más allá de lo que «debamos hacer» porque somos hijos de Dios, veamos un ejemplo concreto de los beneficios de tener un espíritu alegre. «Al igual que la depresión, existen costos médicos del pesimismo […] y los correspondientes beneficios del optimismo. Por ejemplo, 122 hombres que tuvieron su primer ataque cardíaco fueron evaluados para determinar su grado de optimismo o pesimismo. Ocho años más tarde, de los 25 hombres más pesimistas, 21 habían muerto; de los 25 más optimistas, solo 6 habían muerto. Su visión mental emerge ser un mejor pronosticador de la supervivencia que cualquier otro factor de riesgo» (Daniel Goleman, La inteligencia emocional , p. 212).

¿Las preocupaciones de la vida te quitaron la sonrisa del rostro? ¿Vives perturbado porque una crisis económica está amenazando a tu familia? ¿Crees que no puedes ser feliz porque los errores que cometiste te quitaron la paz? ¿Estás viviendo una etapa de la vida diferente a como te la imaginas?

Si le pides a Dios un corazón alegre verás que podrás ser feliz como lo fueron los grandes apóstoles. Pedro y Juan «salieron del concilio felices» (Hech. 5:41) luego de haber sido azotados por predicar el evangelio. Pablo y Silas estando en una mazmorra, a la media noche «cantaban himnos a Dios» (Hech. 16:25) porque el gozo era mayor que el dolor de no tener libertad.

La felicidad que Dios da como regalo está por encima de las circunstancias que te toca vivir. Con Jesús, al igual que Pedro, Juan, Pablo o Silas, es posible ser feliz y cantar alabanzas, aunque el mundo se desmorone a tu lado.

Radio Adventista

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