¿Te preocupa el futuro?
«Buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche». Amós 5: 8, RV95
SEGURO HAS OÍDO HABLAR sobre los signos del zodiaco y el horóscopo, pero ¿Conoces su origen? ¿Por qué tanta gente busca en los astros la solución a sus problemas y lo que el futuro les depara? ¿Por qué Dios es contrario a que consultemos «al sol y a la luna, a los signos del zodíaco y a todo el ejército de los cielos» (2 Reyes 23: 5, RV95)?
Aunque es conocido que el día y la noche ocurren debido a la rotación de la Tierra, desde nuestra perspectiva es el Sol el que se mueve. Al hacerlo traza una línea imaginaria, la eclíptica. Esta línea divide el cielo en dos partes iguales. Los antiguos dividieron a su vez el cielo en doce partes; en cada una de ellas hay una constelación. Se cree que cuando el sol recorre la zona de una de las constelaciones, las personas que nacen comparten ciertas características. Además la astrología enseña que por medio de los astros y su interacción se puede predecir el futuro.
Aunque millones de personas creen en el horóscopo es preciso aclarar que existen incongruencias en esta seudociencia. La franja denominada «zodiaco» no tiene doce constelaciones, sino trece. Los astrólogos antiguos no tomaron en cuenta la constelación de Ofiuco («portador de serpientes» en griego). ¿Por qué? Quizás para hacer coincidir el número de constelaciones con los meses del año. Además la posición de los astros ha variado con los siglos y por si fuera poco no podemos ignorar que en la gran mayoría de los casos las «predicciones» del horóscopo fallan.
¿Por qué muchos continúan creyendo en este engaño? Porque los seres humanos necesitamos depender de algo superior a nosotros, pero paradójicamente nos resulta más fácil depender y respetara las criaturas antes que al Creador. Millones y millones consultan las páginas del horóscopo mientras que pocos escudriñan las Sagradas Escrituras. ¿Con que grupo de esos dos te identificas tú?
Amigo, Dios es real, él te creó y está interesado en tu bienestar; quiere que seas feliz, que vivas libre de las preocupaciones que te atormentan. No quiere que te hagas daño pensando en lo que acontecerá con tu futuro.
Deja todo en las manos de aquel que, como dice el profeta, «creó las constelaciones: la Osa Mayor, el Orión y las Pléyades, y el grupo de estrellas del sur» (Job 9: 9).
Búscalo y disfrutarás de una vida plena.
Daniel Pino
Venezuela.