JUAN HUSS
Él será tuyo durante toda su vida. 1 Samuel 1:11.
Estas palabras pronunciadas por Ana cuando dedicó a su hijo Samuel han sido repetidas a través de las edades por madres piadosas al dedicar a sus hijos a Dios. La Sra. Huss, oriunda de un pueblecito del sudoeste de Bohemia, hoy Checoslovaquia, no fue la excepción.
No fue fácil para la Sra. Huss criar a su hijo. Cuando Juan aún era bebé, murió su marido, y quedó sola. En adelante, debía luchar a brazo partido para sobrevivir.
-Dejaré de estudiar y conseguiré un empleo -le ofreció Juan muchas veces-. No me gusta verte tan agobiada.
-¡No! -le respondía ella enderezando los hombros-. Irás a la escuela para obtener una educación y llegarás a ser alguien en esta vida. Yo creo que Dios tiene una misión especial para ti.
Cuando Juan se diplomó de la escuela provincial, recibió una beca para asistir a la Universidad de Praga.
-Estoy orgullosa de ti, hijo mío -le dijo la Sra. Huss.
Cuando llegó el momento de partir a Praga, Juan alistó su valija y emprendió el viaje a pie, con su mamá por compañera. Cuando iban acercándose a la ciudad, la Sra. Huss miró a su hijo y le dijo:
-Hijo, no tengo nada que darte, excepto mi amor y mis oraciones. Entonces se arrodilló a la vera del camino y oró: “¡Oh, Dios, bendice a mi hijo! ¡Úsalo de una manera poderosa y mantenlo fiel a ti! Amén”.
La viuda Huss no imaginaba cuán plenamente iba a ser contestada su oración en favor de su hijo. Terminó sus estudios con honores y le dieron el puesto de sacerdote y profesor. Llegó a ser el rector de esa gran universidad y uno de los grandes caudillos de la Reforma protestante. Finalmente, llegó hasta el sacrificio cuando fue quemado en la estaca por causa de su fe en Cristo Jesús. Sus perseguidores esparcieron sus cenizas en el río Rin, porque creían que de esta manera pondrían fin a Huss y su mensaje. Así como las cenizas del mártir fueron vertidas en el mar y alrededor del mundo, también la obra comenzó a extenderse hacia otros países y el resto del mundo, produciendo una cosecha abundante para el Reino de Dios.