Jueves 31 de Octubre – FIDELIDAD – Devocion Matutina para Jóvenes

FIDELIDAD

No codiciarás. Deuteronomio 5:21.

Pensando que la clave estaba en el monte, Balac llevó a su encantador a la cumbre del Pisga, donde no se veía todo el campamento. Si maldecimos al pueblo por tribus, podremos prevalecer sobre Jehová, pensaba el rey (Núm. 23:13, 14).

Se repitieron los altares y las catorce víctimas, pero también las bendiciones: “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta… Contra Jacob no hay agüero, ni adivinación contra Israel” (vers. 19-23).

“Ya que no lo maldices, tampoco lo bendigas”, rugió Balac (vers. 25). “Vamos al monte Peor, donde hay un templo de Baal. Veamos si Jehová puede resistirse a su poder”.

Ahora Balaam presentó los síntomas de los profetas en visión. “Dijo el que oyó los dichos de Dios, el que vio la visión del Omnipotente; caído, pero abiertos los ojos” (Núm. 24:4). Y las palabras fluyeron en un poema sublime: “! Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, tus habitaciones, oh Israel!… Dios lo sacó de Egipto; tiene fuerzas como de búfalo” (vers. 5-8). Y remató: “Benditos los que te bendijeren, y malditos los que te maldijeren” (vers. 9).

Balac se enojó, y gritó: “Para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los has bendecido ya tres veces. Ahora huye a tu lugar; yo dije que te honraría, más he aquí que Jehová te ha privado de honra” (vers. 10, 11).

¿Así que no me vas a pagar? —pensó el mago. Volvió a contemplar a Israel y dijo un discurso en el que Dios puso una joya mesiánica: “Saldrá Estrella de Jacob, y se levantará cerro de Israel”. Y remató con vehemencia: “Y herirá las sienes de Moab” (vers. 17).

La maldición que Balac quería para Israel la obtuvo para su pueblo. Balaam regresó a su tierra y nunca más oyó la voz de Dios.

Hoy, Dios te llama a la fidelidad, a la fe, a la obediencia, al contentamiento, porque el que no está contento con Dios no será feliz con nada.

Radio Adventista

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