EL AMOR MÁS IMPORTANTE
«El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en medio del paraíso de Dios» (Apocalipsis 2: 7).
LOS CREYENTES de la iglesia de Éfeso habían declinado en su fe, es decir, habían hecho a un lado al amor de Dios y estaban desanimados. No eran tan entregados como al principio. En ese contexto, Dios les dijo: «Recuerda, por tanto, de dónde has caído, arrepiéntete y haz las primeras obras, pues si no te arrepientes, pronto vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar» (Apocalipsis 2: 5).
Ellos tenían que vencer el desánimo y a la frialdad para volver a Dios y dedicarle el tiempo necesario a predicar su Palabra. Como cuando partían el pan y oraban juntos con alegría y sencillez de corazón.
Si has dejado a un lado el amor más importante, tu fervor cristiano y ese anhelo por conocer más de Dios, es tiempo de hacer las tres cosas que tuvieron que hacer los cristianos de Éfeso:
1. Recuerda en qué has fallado, este es el primer paso en el camino de regreso hacia lo correcto. Como dijo el apóstol Pablo:
Examinaos a vosotros mismos, para ver si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos? ¿No sabéis que Jesucristo está en vosotros? ¡A menos que estéis reprobados! (2 Corintios 13: 5).
Recuerda cómo Dios te sacó del pecado, te libró de grandes percances y te colocó en el camino de la vida.
2. Arrepiéntete, deja de ofender a Dios y no cometas el mismo pecado muchas veces.
3. Haz las primeras obras, únete de nuevo a Cristo, renueva tu pacto con él y mantén tus ojos fijos en tu Salvador.
Después del pecado de Adán, el camino al árbol de la vida fue cerrado, bajo la custodia de querubines (véase Génesis 3: 34); ahora, Cristo lo entrega a sus seguidores triunfantes. Ese árbol simboliza la vida eterna y el paraíso, el reino eterno de Dios. Es un buen aliciente para continuar la batalla contra el mal. El vencedor comerá del árbol de la vida como recompensa a su fidelidad.