Jueves 27 de Abril del 2017 – VENDIENDO EL PARAÍSO – Devoción matutina para Jóvenes

VENDIENDO EL PARAÍSO

“La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió” (Génesis 3:6, NTV).

El contrato fue firmado el 27 de abril de 1667. Actualmente, es considerada una de las mayores obras poéticas de todos los tiempos. Entonces, John Milton (1608-1674), ciego y empobrecido, vendió su obra El paraíso perdido por solo cinco libras. Fue un poeta y ensayista inglés. Aunque fue una figura política menor en la Inglaterra del siglo XVII, sus tratados políticos fueron consultados para la redacción de la Constitución de los Estados Unidos de América. En las artes, es considerado una de las figuras más importantes de la literatura inglesa, comparado solo con el mismo Shakespeare.

Su obra máxima, El paraíso perdido, es un poema narrativo que tiene más de diez mil versos sin rima. Es una epopeya sobre la narración bíblica de la caída de Adán y de Eva; particularmente, se centra sobre el problema del mal y el sufrimiento, intentando responder a la cuestión de por qué un Dios bueno y todopoderoso decide permitirlos, cuando le sería fácil evitarlos. Así, la obra tiene un final apologético, intentando “justificar los caminos de Dios”, y subraya el libre albedrío, esa capacidad de decidir con la que Dios dotó a cada criatura humana.

Dado que Dios es amor, que implica libertad, la ausencia de libre albedrío implicaría ausencia de amor, porque la obligación es contraria al amor y mata una relación saludable. El pecado surgió con Satanás, que decidió no servir a Dios. Milton lo pinta íntegramente poniendo estas palabras en su boca rebelde: “Mejor reinar en el infierno que servir en el cielo”

Milton comprendió el valor otorgado al libre albedrío por Dios, quien arriesgó el destino del universo y pagó el costo de la muerte de Cristo en la cruz, antes que negarnos la capacidad de decisión. Desde que entró el pecado al mundo, hay una lucha entre Cristo y Satanás por la lealtad consciente del ser humano, en uso de su libertad de servir a uno u otro.

Aquella primera venta de El paraíso perdido refleja la acción de Adán y de Eva: enceguecidos y empobrecidos por el pecado, cambiaron mucho por muy poco. Anímate a hacer buen uso de tu capacidad de elección. No vendas tu alma por un precio mísero; ponte de parte de Dios en este gran conflicto, sin importar el costo. El premio será recuperar ese paraíso que perdieron nuestros primeros padres.

Radio Adventista

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