MOHANDAS GANDHI
¡Oh, qué alegría para aquellos a quienes se les perdona la desobediencia, a quienes se les cubre su pecado! Salmo 32:1.
-Debemos ser cuidadosos -le dijo Mohandas, de quince años de edad, a su primo un día después de clases- Mi tío sospecha que le estamos extrayendo sus cigarrillos.
-Bueno… tendremos que encontrar otra forma de conseguirlos -le respondió su primo-, ¿Qué podemos hacer?
-Sé dónde guarda mi mamá la paga para los empleados -dijo Mohandas- Nunca se dará cuenta de que le faltan unas moneditas.
-¡Buena idea! -dijo su primo- Hagámoslo ahora.
Fue tan fácil como se lo habían imaginado. No hubo nadie en la habitación donde estaba el dinero. Tomaron las monedas y corrieron a la tienda más cercana a comprar los cigarrillos. Se ocultaron detrás de un arbusto para fumarlos. Pero aquello no era tan divertido como habían pensado.
-Me siento tan mal que quisiera morir -dijo el primo.
-Yo también -asintió Mohandas-, ¿Cómo podríamos quitarnos la vida?
-Yo sé donde hay bayas venenosas -contestó el primo de Mohandas.
En cuestión de segundos, los dos chicos estaban corriendo por el bosque hacia el lugar donde crecían las bayas venenosas. Habían comido solamente una o dos, cuando Mohandas reaccionó:
-¿Sabes? Tengo miedo. Mejor no lo hagamos.
-Tienes razón -repuso su primo.
En ese momento se prometieron mutuamente nunca volver a fumar, ni a robar.
El sentimiento de culpabilidad oprimía la conciencia de Mohandas. Al fin escribió una confesión de todos sus pecados y firmó un juramento de no volver a cometerlos. Ejercitando toda su fuerza de voluntad, llevó la confesión y se la entregó a su padre.
Le rodaban las lágrimas por las mejillas al Sr. Gandhi mientras leía la carta de su hijo.
-Lo siento, papá -lloraba Mohandas-. No volveré a robar ni a fumar. ¡Te lo prometo!
Sin pronunciar una sola palabra, el Sr. Gandhi rompió la confesión. Mohandas supo que había sido perdonado, y un profundo sentimiento de amor y felicidad embargó su corazón. Cuando Mohandas Gandhi creció, se convirtió en un gran maestro del pueblo hindú. Trató de enseñarles a amar y a perdonarse los unos a los otros.
¿Habrá alguna confesión que tú también debas hacer hoy?