Jueves 25 de enero “ES DIFÍCIL ESPERAR” Devocion matutina damas

ES DIFÍCIL ESPERAR

“Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías y les extrañaba que se demorara tanto en el santuario” (Luc. 1: 21).

Para mí, “espera” es una palabra cruel. ¡No me gusta esperar nada! Con esta actitud, no puedo entender a la paloma que está en el jardín, justo afuera de mi baño. Permanece sentada en su nido por semanas, esperando a que los huevos rompan el cascarón. La puedo ver cuando me ducho. ¿Cómo puede ser tan paciente y esperar tanto tiempo? Está allí, sentada todo el tiempo, ¡sin siquiera salir a buscar comida! Pero todas las cosas tienen sus propios tiempos. Y si intentas apurar que el huevito se abra, solamente destruirás al bebé que espera nacer.

Cuando tengo que acompañar a mi esposo a algún lado, siempre llevo un libro o unos crucigramas, porque no me gusta sentarme en el auto y esperarlo. Entonces, mientras él hace sus trámites, puedo leer y así no impacientarme.

La mayoría de nuestro mundo frenético y tumultuoso percibe la palabra “espera” como despiadada. Muy a menudo, somos impetuosos e impacientes, y queremos que las cosas se hagan a nuestra manera y en el tiempo que nosotros estipulamos. ¿Por qué escribir una carta si puedo mandar un correo electrónico o un mensaje de texto? Esperamos resultados instantáneos y acciones inmediatas.

La verdad es que pensamos que no podemos esperar. ¡Queremos que la gente entienda ahora! ¡Queremos que la gente cambie ahora! Ahora. El sabio Salomón ya dijo que “todo tiene su momento oportuno, hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo” (Ecl. 3:1). Lo cierto es que no tenemos la paciencia necesaria para esperar el momento oportuno para que sucedan las cosas.

Pero no debiéramos correr por delante de Dios. Si no esperamos sus tiempos, correremos sin poder y tendremos resultados desastrosos.

Destruiremos los planes maravillosos que él tiene en mente para nosotros. En mi vida, he aprendido que, cada día, tengo que estudiar la Palabra de Dios con oración, y pedirle que me dé poder y paciencia, como las personas que esperaban a que el profeta Zacarías saliera del Templo. Creo que esperaron mucho tiempo. Quizá, se cansaron de esperar o se preocuparon por lo que podría haberle pasado al sacerdote. Pero la Biblia dice que “esperaron”.

Nosotros hemos estado esperando la segunda venida de Jesús por mucho tiempo. Oro para que Dios nos dé paciencia para seguir esperando, porque él conoce el momento adecuado… y está muy cerca.

ANI KOHLER BRAVO

Radio Adventista

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