Dios está aquí
«Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, este me servirá» (Salmos 101: 6).
DIOS ESTÁ EN TODO lugar, está más cerca de lo que creemos. Vela tu entrada y tu salida. Mientras trabajas, viajas, duermes; él cuida de ti. Sus ojos están viendo tus movimientos: qué haces o dejas de hacer. Lo maravilloso de nuestro buen Dios es que nos libra de muchos peligros y pelea nuestras batallas. Si no fuera porque Dios interviene a diario, ya hubiésemos perecido.
El viernes 6 de diciembre de 2013, se difundió una noticia que nos hace reflexionar acerca del cuidado que Dios tiene hacia los hombres. Un hombre nigeriano permaneció atrapado tres días en el fondo del océano Atlántico debido al hundimiento de un barco remolque con doce marineros a bordo. Dieron aviso a las autoridades y a la compañía del barco. Después de tres días de ocurrido el accidente, llegaron al lugar tres buzos que trabajaban a unos 120 kilómetros del lugar en un yacimiento petrolero. Rescataron once cadáveres y, cuando estaban por retirarse, hicieron el último intento, revisando todo el interior del barco. Una mano tomó fuertemente a uno de ellos. Era Okene Harrison, el cocinero, que todavía estaba vivo. Había quedado atrapado en un bolsón de aire que se formó en el interior del barco al hundirse. Okene, sumergido en el agua helada, recordó el Salmo que su esposa le había enviado en un mensaje de texto días antes, y repetía: «Por tu nombre, Señor, dame vida». Su testimonio es que fue Salvado por la mano divina. «Dios estuvo a mi lado», afirmó.
Este caso es una muestra de que Dios está a nuestro lado incluso en lo profundo del mar. Él está junto a nosotros en el lecho del dolor, en los momentos angustiosos y cuando todos se han ido. Si levantamos la mirada y fijamos los ojos en Jesús, encontraremos alivio para nuestra necesidad. En medio del sufrimiento, podemos llamarlo, pero también cuando la felicidad nos embarga, puesto que Dios nunca nos pierde de vista.
Nuestro Señor aseguró: «Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28: 20). Oremos para percibir la presencia de Jesús a nuestro lado.