PAPÁ NOEL ¿EXISTE?
“De esa manera, estarás actuando como verdadero hijo de tu Padre que está en el cielo. Pues él da la luz de su sol tanto a los malos como a los buenos y envía la lluvia sobre los justos y los injustos por igual” (Mateo 5:45, NTV).
Virginia O’Hanlon, de ocho años, preguntó a su padre, ayudante del juez de instrucción, Dr. Philip O’Hanlon, si Papá Noel [Santa Claus] existía realmente. O’Hanlon le sugirió que escribiera para preguntar a The Sun, prominente diario de Nueva York, asegurándole que “si aparece en The Sun, debe ser verdad”. Sin pensarlo, estaba dando la oportunidad a uno de los editores de hacer trascender una pregunta sencilla, para abordar las complejas cuestiones subyacentes.
Así, el 21 de septiembre de 1897, apareció en The Sun la respuesta de Francis Pharcellus Church a esa pregunta infantil, titulada: “Sí, Virginia, Papá Noel existe”. Rápidamente, se convirtió en uno de los editoriales más famosos de la historia del periodismo, e integró el folclore de Navidad. Así empezaba:
“Apreciado editor:
“Tengo ocho años. Algunos de mis amigos dicen que Papá Noel no existe. Mi papá dice: ‘Si aparece en The Sun, debe ser verdad’. Por favor díganme la verdad: ¿existe Papá Noel?
“Virginia O’Hanlon.
“115 West Ninety Fifth Street. […]
“Sí, Virginia, Papá Noel existe. Existe tan ciertamente como existen el amor, la generosidad y la entrega, y tú sabes que estos abundan y dan a tu vida mayor belleza y gozo. ¡Ay, cuán lúgubre sería este mundo si no existiera Papá Noel! Sería tan deprimente como si no existieran Virginias. Entonces, tampoco existiría la fe infantil, ni la poesía, ni las historias de amor para hacer tolerable esta existencia. […]
“Gracias a Dios que él vive, y para siempre. Y de aquí a mil años, Virginia (no, de aquí a diez veces diez mil años), él continuará alegrando el corazón de los niños”.
Después de leer esta respuesta, entendemos por qué perduró en el tiempo para convertirse en un clásico de Navidad. Pero, por más espíritu navideño e ilusión infantil que despierte, está totalmente equivocada; o al menos señala a Papá Noel como la fuente de todo lo que verdaderamente Dios significa para nosotros. El peligro no es que afirme que Papá Noel existe, sino que le adjudique todo aquello que, en realidad, recibimos de Dios. El amor, la generosidad y la entrega son dones divinos, y es Dios quien trae gozo a nuestro corazón, así como esperanza para el futuro.
Hoy -aunque falte mucho tiempo- planifica una Navidad diferente. En lugar de dejarte llevar por la fiebre consumista y por fábulas mundanas, dirige tu mirada y la de tu familia al Dador de todo bien, Dios, nuestro Creador y Redentor.