Jueves 17 de Diciembre – Libres ayer, hoy y mañana – Devocion Matutina para Adultos 2020

«Él nos libró y nos libra y esperamos que aún nos librará…» (2 Corintios 1:10).

Lorena llamó entusiasmada:

—¡Niños! ¡Niños! ¡Necesito que me ayuden a contar el dinero que tengo aquí! ¡Vengan todos!

Los pequeños corrieron emocionados. Subiéndose a la cama, voltearon el monedero y comenzaron a contar:

-Diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta, setenta y cinco, ochenta, ochenta y uno, ochenta y dos. ¡Ochenta y dos centavos, mami!

¿Cuál sería la sorpresa? ¡Ese dinero, no alcanzaba para nada!

– Chicos —dijo la mamá con ternura—, esto es todo lo que tenemos y no sabemos cuándo obtendremos más. Estamos sin trabajo y nadie nos debe dinero. Pero deseamos que recuerden este momento para que ustedes mismos sean testigos de que Dios nunca nos va a abandonar.

Los días pasaron y Dios no les falló. El alimento nunca faltó. Muchos años después, las dificultades volvieron a tocar el hogar de Lorena. Sus hijos habían crecido y, junto con ellos, también sus necesidades. Otra vez sin trabajo. Sus ahorros habían tocado fondo. Con lágrimas en los ojos, Lorena comenzó a llorar lastimeramente por el complicado presente de su familia y por el incierto porvenir. Cuando, de pronto, le vino a la mente la escena de años atrás. ¡Cuántas bendiciones habían recibido desde entonces! ¿Por qué llorar penosamente? ¿Acaso no existía memoria para recordar? Se secó las lágrimas con un nuevo ánimo y, libre de penas, discurrió consigo misma: «Dios nos libró de esa situación difícil en el pasado; y para el futuro, maravillosas promesas esperan todavía por cumplirse. Este es el momento que tanto esperaba, cuando las posibilidades humanas se encuentran limitadas y puede aumentar la fe. ¿Voy a tratar de evadir este momento o lo voy a aprovechar para ser testigo, una vez más, del tierno cuidado de Dios?».

El momento en el que las posibilidades humanas se agotan es el escenario ideal que tiene Dios para actuar. Para algunos, se trata de situaciones económicas, para otros, de asuntos familiares o de problemas relacionados con la salud. Sea cual sea la naturaleza de tus problemas, puedes recordar que Dios está en el control. Es posible que las condiciones no cambien inmediatamente, pero, con seguridad, el Señor puede transformar prontamente tu manera de ver las cosas.

Recuerda en este día cómo Dios te libró en el pasado. Piensa que aún te librará otra vez. Deja que Dios te llene de esperanza en este mismo instante y podrás revivir recuerdos que te darán esperanza en este día y te animarán a regocijarte aguardando una vez más la salvación provista por Dios.

Radio Adventista

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