Jueves 14 de Marzo – HULDA VALIENTE Y PRUDENTE – Matutina para Damas

HULDA VALIENTE Y PRUDENTE

Entonces Hilcías y los otros hombres se dirigieron al Barrio Nuevo de Jerusalén para consultar a la profetisa Hulda. 2 Crónicas 34:22 (NTV).

La profetisa Hulda fue una mujer valiente, ya que cuando fue consultada por el rey Josías, dio un mensaje claro, aunque no fuera agradable:

Ella les dijo: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Decid al varón que os envió a mí: Así dijo Jehová: He aquí yo traigo sobre este lugar, y sobre los que en él moran, todo el mal de que habla este libro que ha leído el rey de Judá; por cuanto me dejaron a mí, y quemaron incienso a dioses ajenos… Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis a Jehová, diréis así: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del libro, y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrán a ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, también yo te he oído, dice Jehová. Por tanto, he aquí yo te recogeré con tus padres, y serás llevado a tu sepulcro en paz, y no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre este lugar (2 Reyes 22:15-20).

Los eruditos comentan que el rey consultó con Hulda, y no con un profeta varón, porque sabía que las profecías de Hulda contenían el tono femenino de sensibilidad y compasión. Hulda le da aliento al rey, y lo llama al arrepentimiento.

La personalidad y autoridad de Hulda son tan importantes en Israel, que cuando el Templo fue reconstruido, las dos puertas del sur del Templo, donde ella se sentaba a profetizar, fueron llamadas “Las Puertas de Hulda”.

A menudo el mensaje de Dios incluye palabras de amonestación o disciplina. Ser fieles al mensaje que Dios nos da es tan importante como el tono que utilizamos al comunicarlo. Mi madre fue preceptora de internados femeninos en tres instituciones educativas adventistas. Ella me enseñó que la disciplina ha de ser redentora.

¿Debes decir alguna palabra difícil de escuchar a alguien hoy? Pídele a Dios que te dé tacto para que tus palabras estén sazonadas con el amor de Jesús, quien, al decir palabras fuertes, lo hacía desde el amor. –AP

Radio Adventista

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