APEGO
Fuerte es como la muerte el amor. Cantares 8:6.
En febrero de 1912, el Titanic se fue a pique. Pero en ese escenario de locura, el acto de amor de Isidoro Straus, y su esposa Rosalie Ida brilló con fulgores de grandeza. Ellos vivían en los Estados Unidos y habían viajado a Alemania en el barco SS Amerika, de la línea Hapag, junto a su valet, John Farthing y su doncella Ellen Bird. De Alemania viajaron a Inglaterra y de ahí a los Estados Unidos.
En vez de regresar a su país en un transatlántico de la línea Hapag, como acostumbraban, los Straus decidieron embarcarse en el Titanic, el trasatlántico más grande y más lujoso del mundo. Era su viaje inaugural. Lo abordaron en Southampton, Inglaterra, el 10 de abril de 1912. En la noche del 14 de abril de 1912, el Titanic chocó de refilón con un témpano de hielo y quedó muy dañado.
Los Straus y su personal fueron guiados al gimnasio para esperar la posibilidad de ser evacuados en un bote salvavidas, Primero debían embarcar las mujeres y los niños. Los Straus fueron asignados al bote No 8, pues por consideración a su edad, Isidoro fue invitado a acompañar a su esposa y a su doncella; pero él se negó amable y firmemente, diciendo:
-No subiré a ese bote antes que cualquier otro hombre. Entonces su esposa dejó su lugar en el bote mientras decía:
-Hemos vivido juntos muchos años, y dondequiera que vayas, yo voy contigo.
Algunos testigos comentaron que se les vio dirigirse a su camarote, otros dijeron que los vieron rumbo al gimnasio de la cubierta de botes junto a John Farthing. La doncella fue la única que no abandonó el bote.
El cadáver de Isidoro Straus fue recuperado por el buque CS Mackay Bennett, y fue identificado como el N°96. Los restos de su esposa no pudieron ser hallados.
El pacto de fidelidad de los esposos Straus nos habla de un amor y un apego que ni la muerte pudo vencer. Tal es el amor que el Espíritu Santo puede y quiere derramar en cada persona casada.