BUSCA PRIMERO A DIOS
“Buscad, más bien, el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas” (Luc. 12:31).
Es maravilloso leer testimonios sobre el amor de Dios y escuchar cómo ha intervenido en la vida de muchas personas, contestado oraciones, y dado conclusiones positivas a quienes han estado orando. Esto fortalece nuestro propio caminar con Dios.
Sin embargo, hoy, mientras escribo, estoy esperando una respuesta a mi oración. Y estoy aprendiendo una lección de Dios que quiero compartir. Creo que él está usando mi situación para acercarme a él, y mostrarme que tengo que buscarlo primero, “y todas estas cosas os serán añadidas”.
Soy maestra -no certificada todavía- de niños de cuatro y cinco años. Me encanta enseñar, y mi meta es obtener mi certificación. Para cumplir ese objetivo, estuve estudiando medio tiempo el año pasado. ¡Y me diplomé! Entonces logré que me dieran un lugar en un programa para maestros graduados; un programa encaminado a ganar mis credenciales de enseñanza basado en la experiencia laboral. Completé ese programa en junio, logrando buenas notas en mi práctica docente en el aula.
Las estipulaciones gubernamentales del Reino Unido requieren que pasemos pruebas de capacidad tanto en Lengua como en Matemáticas. Estudié mucho, tomé las pruebas, y encomendé mis planes a Dios. Por desgracia, no pasé la prueba de Matemáticas. No sé por qué Dios me trajo hasta aquí, pero aún no me ha permitido alcanzar mis metas.
Sí, estoy decepcionada, pero sigo dejando que esta situación sea objeto de oración y confío en que Dios pueda revelar sus planes para mí. Sé que él está en control, y creo que una ventana se abrirá. Mientras tanto, tengo que buscarlo a él en primer lugar, porque él prometió que si lo hago, él proveerá de todas las “cosas” que sean necesarias para mi vida.
Mientras tanto, creo que Dios me está enseñando a esperar y a confiar en él. Me está pidiendo que ponga mi fe en él incluso antes de recibir una respuesta a mis oraciones, o de conocer el resultado de esta situación.
Tal vez, como yo, tú has estado pidiendo a Dios una respuesta a una oración, que no has recibido hasta el momento. Sea cual fuere tu situación -y sin importar el resultado-sigue confiando en Dios. Cree que él te ama y quiere lo mejor para ti. Espera pacientemente en él. Sigue poniéndolo a él primero en todo. No te fallará.
Karen Richards