EL FIN DEL MUNDO LLEGO HACE AÑOS
“De hecho, el Señor Soberano nunca hace nada sin antes revelar sus planes a sus siervos, los profetas” (Amos 3:7, NTV).
Eli 1 de agosto de año 3114 a.C. (sí, es correcto, ¡3114 antes de Cristo!), comienza el calendarlo vigesimal mesoamericano no repetitivo, empleado por varias culturas de Mesoamérica. En realidad, su difusión en la región maya lo hizo conocido como “Calendario de cuenta larga maya”, aun cuando muchas otras culturas lo utilizaron y fue anterior a los mayas.
Este calendario usa una cuenta vigesimal modificada, e identifica los días ocurridos desde el 11 de agosto de 3114 a.C. hasta el 21 de diciembre de 2012 en el calendario gregoriano. Basados en este final de ciclo, algunos seguidores de la Nueva Era, como José Arguelles, John Major Jenkins y Daniel Pinchbeck, afirmaron que el mundo llegaría a su fin ese día de 2012. Los escenarios predichos para este fin del mundo incluían la colisión de la Tierra con algún cuerpo celeste, como Nibiru -hipotético astro propuesto por el escritor azerbaiyano Zecharia Sitchin (1920-2010)- o un asteroide errante; la interacción de nuestro planeta con un agujero negro; o el advenimiento de una etapa de gran actividad solar.
Bueno, ya te habrás dado cuenta de que el mundo sigue funcionando años después de ese supuesto “apocalipsis”. Pero, en su momento, se generó una paranoia mundial alrededor de esa fecha. Produjo millones de dólares en ventas de libros sensacionalistas, y miles de páginas web.
Todo esto fue solo una más de ias predicciones catastrofistas basadas sobre el calendario (como los cambios de milenio de los años 1000 a 2000), o sobre predicciones astronómicas o astrológicas. Nota que toda una sociedad que se jactaba de no creer en los “mitos” de la Biblia, o que se creía superada por su ateísmo, terminó creyendo estas fábulas e invenciones que no tenían ningún asidero bíblico o científico.
Pero la Biblia es, probadamente, una fuente confiable de conocimiento del porvenir. Sus profecías se cumplieron exactamente. Las grandes cadenas proféticas de Daniel y Apocalipsis predijeron el devenir de la historia con una precisión jamás igualada por agoreros o futurólogos de todas las edades. El cumplimiento perfecto de la profecía de las 70 semanas de Daniel 9 maravilló a científicos como Isaac Newton.
La única fuente segura de conocimiento de los eventos futuros se encuentra en la revelación que Dios nos ha dejado en su Palabra. Hoy, estudia las profecías, y tu esperanza para el futuro aumentará exponencialmente.