Miércoles 20 de julio – Estar soltera. Matutina para mujeres

Miércoles 20 de julio – Estar soltera. Matutina para mujeres

«La mujer que ya no tiene esposo y la joven soltera se preocupan por las cosas del Señor» (1 Cor. 7: 34).

“Los solteros pueden ser una parte vital de la novia de Cristo, la iglesia”. Max Lucado

TODOS DESEAMOS tener compañía. Así hemos sido creados, para desarrollarnos en pareja y formar un hogar. De hecho, está en la cultura, se ve en la presión de familiares y amigos: «¿Cuándo piensas casarte? Ya va siendo hora». Pero cuando el matrimonio se convierte en la meta número uno de la vida, y sin él no concebimos la plenitud, nos frustramos y vemos la soltería como algo de lo que huir. A pesar de que a nuestro alrededor pruebas aplastantes nos muestran que el matrimonio no hace la vida perfecta, sino que es complicado y tiene un alto índice de fracaso (fuera y dentro de la iglesia), muchas mujeres pierden su autoestima al no tener un hombre a su lado o, por impaciencia, se casan mal creyendo que mejor casadas que solteras. Si es tu caso, créeme que no tiene por qué ser así.

Hoy hay muchas más mujeres solteras que nunca antes. En 2006, en los Estados Unidos, el número de mujeres solteras superó al de casadas por primera vez en la historia. Un 51% de las mujeres estadounidenses vivían sin esposo, y la cifra ha aumentado en los últimos diez años.* Bien porque nunca se han casado, bien porque una vez viudas o divorciadas no han vuelto a experimentar el matrimonio, la realidad es aplastante: la soltería va en aumento en nuestra sociedad, y esta tendencia puede verse también dentro de la iglesia. ¿Qué haremos las mujeres solteras, ya sea que lo estemos por decisión propia o por circunstancias de la vida? ¿Nos aislaremos o intentaremos sacarle el mayor provecho a nuestro estado civil?

Un soltero de las Escrituras, el apóstol Pablo, sugiere que es más fácil para las personas solteras dedicarse por completo a las cosas de Dios (ver 1 Cor. 7:32-34), y esto es indudable. ¡Tenemos más tiempo y menos preocupaciones! Por eso, podemos hacer de nuestra soltería una etapa de plenitud volcándonos en servir a la iglesia, a la comunidad, a familiares, amigos y personas necesitadas. ¿Por qué encerrarnos o angustiarnos? Podemos tomar iniciativas, favorecer a mucha gente y utilizar sabiamente nuestro tiempo. El matrimonio no es la única opción para la realización plena de una mujer cristiana.

 

Radio Adventista

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