Viernes 17 de Junio “Error al etiquetar” – Matinal Mujeres

Viernes 17 de junio “Error al etiquetar” – Matinal Mujeres

«Por sus frutos los conoceréis» (Mat. 7: 20, RV95).

“No deben hacer discriminaciones entre una persona y otra”. El apóstol Santiagovv

UN EMPRESARIO pidió a un proveedor de la India que le enviara muestras de mangos de diferentes variedades. El proveedor siguió al pie de la letra las instrucciones y adjuntó la siguiente carta: «Expido cinco cajas con doce mangos cada una. Caja 1: Calidad excelente, 10 rupias cada mango. Caja 2: Calidad excelente inferior, 5 rupias cada mango. Caja 3: Buena calidad, 5 rupias cada mango. Caja 4: Calidad corriente, 3 rupias cada mango. Caja 5: Calidad inferior, 1 rupia cada mango». Pero en el almacén cometieron un error de etiquetado, por lo que calidades y precios no concordaban.

Cuando los importadores abrieron las cajas, comenzaron por la que decía «calidad excelente», aunque en realidad contenía la «calidad inferior». Aun así, declararon que aquellos mangos estaban deliciosamente dulces, pero el precio les pareció excesivo. Al probar la «buena calidad» creyeron que estaban probando la máxima calidad, y se sintieron decepcionados, aunque se consolaron con la diferencia de precio. Decidieron ni siquiera probar la «calidad inferior», pues ¿qué cabía esperar? Poco sospechaban que aquella caja contenía los mangos de la más alta calidad.” Ese es el problema de confiar en las etiquetas en lugar de valorar por nosotras mismas, en función de los claros valores del evangelio: «Por sus frutos los conoceréis» (Mat. 7: 20, RV95).

¿Cuán fiables son nuestras percepciones? ¿En función de qué valoramos los hechos y las personas? Mucha gente me ha dicho a lo largo de mi vida que tengo una gran intuición, pero yo no me lo tomo como un cumplido porque la intuición, al igual que los sentidos, e incluso la experiencia y la razón, fallan. Mucha gente se esconde tras «etiquetas» como títulos universitarios, modas o actitudes, para protegerse de la crítica o el rechazo, por eso cada vez resulta más difícil ver más allá de las apariencias.

Jesús no tenía un etiquetado aceptable para su época, y muchos se perdieron disfrutar su amor por no ver más allá de la imagen. ¿Qué cabía esperar de él? Sin educación formal y nacido en circunstancias oscuras, nadie hubiera sospechado que era un ser de calidad excelente. Era el Hijo de Dios.

No nos apresuremos a sacar conclusiones. Tratemos a todo el mundo sin hacer acepción de personas y descansemos en Dios. De ese modo, no nos equivocaremos. Miremos más allá de las etiquetas hacia el corazón de cada ser humano.

 

Radio Adventista

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