Domingo 6 de Septiembre – Tensión nerviosa – Devocional para Adultos

«Y lo saco Jehová del huerto de Edén, para que labrara la tierra de la que fue tomado»(Génesis 3:23).

Sea cual fuere la causa de la ansiedad, esta se experimenta como tensión nerviosa. Se manifiesta por medio de palpitaciones, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mareo, inestabilidad, nerviosismo e irritabilidad, entre otros síntomas. Siendo que la tensión nerviosa ocupa, básicamente, canales somáticos para su expresión, es lógico proveerle conductos físicos alternativos y menos perjudiciales para su drenaje. En otras palabras, es posible reducir la tensión nerviosa si ofrecemos modos más saludables de canalizarla.

Una de las maneras más efectivas para disminuir la tensión consiste en realizar actividad física. Realizar algún deporte o cualquier actividad que requiera esfuerzo físico diario puede ser positivo en este sentido. No obstante, hay ciertas actividades que pueden ser más provechosas que otras.

En un estudio publicado en el Korean Journal of Horticultural Science & Technology [Revista coreana de ciencia y tecnología hortícola] se examinaron los efectos de un programa de terapia hortícola sobre el dolor, la ansiedad y la depresión en sesenta y siete pacientes hospitalizados. La mitad de los pacientes fueron asignados a un grupo que desarrolló actividades como la siembra de hortalizas, el cultivo de hierbas medicinales o flores en el interior del hospital o al aire libre. La otra mitad recibió atención de rutina en el interior del hospital. El estudio mostró que aquellos que participaron en la «terapia hortícola» disminuyeron significativamente los niveles de dolor, ansiedad y depresión en comparación con el segundo grupo. Los investigadores recomiendan utilizar este tipo de ejercicio para mejorar la recuperación de los enfermos.

El ejercicio al aire libre realizado a través del cultivo del suelo tiene múltiples beneficios. «El ejercicio al aire libre debería recetarse como necesidad vivificante; y para semejante ejercicio no hay nada mejor que el cultivo del suelo. Déseles a los pacientes unos cuadros de flores que cuidar, o algún trabajo que hacer en el vergel o en la huerta. Al ser alentados a dejar sus habitaciones y pasar una parte de su tiempo al aire libre, cultivando flores o haciendo algún trabajo liviano y agradable, dejarán de pensar en sí mismos y en sus dolencias» (El ministerio de curación, pág. 203).

Cuando el sistema nervioso se encuentra sobrecargado, trabajar al aire libre en contacto directo con la tierra puede ayudar como un medio para descargar el exceso de tensión. Esta actividad constituye un verdadero «cable a tierra». El trabajo de labrar la tierra asignado por Dios, lejos de ser un castigo para el hombre que cayó en pecado, conlleva una verdadera bendición. Prueba este método por ti mismo.

Radio Adventista

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