Domingo 5 de Mayo – ORACIONES LARGAS – Meditacion para Adultos

ORACIONES LARGAS

“Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos” (Mateo 6:7).

Desde pequeño, me enseñaron a respetar los momentos de oración y mantengo ese hábito hasta hoy. Sin embargo, a los doce años, tuve mi mayor prueba. Era conquistador y estaba participando de la clausura de mi primer camporí de Unión, en noviembre de 1981. Mi club fue presentado como uno de los ganadores, y comencé a sentirme eufórico junto a mis amigos antes de la oración final del evento. Intentamos controlamos y respetar aquel momento, pero fue muy difícil. Además de que estábamos extremamente animados, el pastor oró por “solamente” 22 minutos.

Comencé a preguntarme si ese era realmente el momento indicado para una oración tan larga. Las oraciones así ¿deberían hacerse en público o en privado? En la Biblia, podemos encontrar orientaciones claras que harán que nuestras oraciones sean más eficientes y coherentes.

La primera orientación de Jesús muestra que, en la oración en privado, no hay límite de tiempo. “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mat. 6:6). Jesús mismo tenía el hábito de pasar noches enteras en oración (Mat. 14:23; Luc. 6:12). Cuando él oró en el Getsemaní, sin la compañía de sus discípulos, se lamentó: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?” (Mat. 26:40). La expresión “una hora” muestra que Jesús dedicaba un largo tiempo a la oración personal.

En el siguiente versículo, Jesús recomienda cómo debe ser la oración pública: “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos” (Mat. 6:7). Su consejo es claro: Las oraciones ofrecidas en público deben ser cortas y directas” (Obreros evangélicos, p. 180). La Biblia tiene muchos ejemplos de oraciones cortas que aun así, tocaron el corazón de Dios; sin embargo, el modelo es el Padrenuestro, enseñado por Jesús mismo (Mat. 6:9-13). Las oraciones públicas y largas en la Biblia son siempre excepciones para momentos específicos del pueblo de Dios. Pero, ¿por qué aún hay desequilibrios en esta área? Según Elena de White: “A menudo el hecho de que se ofrezcan largas y tediosas oraciones en público se debe a que la oración secreta fue descuidada” (ibíd., p. 181).

Saber equilibrar correctamente el tiempo y el lugar de oración es una demostración de la profundidad de la comunión y la humildad del corazón.

Radio Adventista

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