A PESAR DE LAS DIFICULTADES
«Al que soporta las dificultades, Dios lo bendice y, cuando las supera, le da el premio y el honor más grande que puede recibir: la vida eterna, que ha prometido a quienes lo aman». Santiago 1: 12, TLA
FALTABAN TAN SOLO DOS SEMANAS para regresar a la universidad y no tenía el dinero necesario para pagar el año escolar. Sentado en un banco de un parque me sentía frustrado por mis carencias. Me había esforzado, había tocado las puertas y presentado los libros que distribuía, pero nadie compraba. ¿Cómo podría realizar mi sueño de concluir la carrera de teología y convertirme en pastor? Las cosas desde el punto de vista humano me parecían imposibles. Veía delante de mí una barrera insuperable de dificultades y obstáculos.
Mientras meditaba en todo esto se aproximó un hombre de edad avanzada, uno de aquellos ancianos que se reúnen por las tardes para jugar a las cartas y conversar sobre los viejos tiempos.
-Hola, ¿qué haces?
Yo no tenía ganas de conversar con nadie. Me preocupaba cómo haría para estudiar aquel año.
-¿Qué tienes ahí? -Me preguntó apuntando al maletín negro donde yo guardaba el prospecto de presentación de los libros que distribuía.
Así empezó una de las experiencias más extraordinarias de mi vida. Aquel anciano era hermano del oficial que dirigía uno de los cuerpos castrenses de la ciudad. Me ayudó a ingresar a las instalaciones y a presentar los libros a los oficiales. En un día vendí lo que no había logrado vender en dos meses.
Los años han pasado. Ya estoy en el crepúsculo de mi vida, pero todavía levanto los ojos al cielo y agradezco a Dios por haberme enviando a aquel anciano. Jamás olvidaré sus palabras al verme feliz después de la venta: «La vida está hecha de dificultades. El secreto es no desanimarse».
Y así es. En el versículo de hoy Santiago repite el mismo consejo con otras palabras: «Dichoso el hombre que soporta la prueba con fortaleza, porque al salir aprobado recibirá como premio la vida, que es la corona que Dios ha prometido a los que lo aman» (Sant. 1: 12). Nunca estás solo. Hay alguien cerca de ti aunque en la hora de las dificultades sientas que todo el mundo te ha abandonado. Alguien que te ama y te ayudará a llegar a tu glorioso destino.
No te desanimes Levántate y prosigue, a pesar de las dificultades.
Alejandro Bullón
Evangelista internacional