BILLY GRAHAM

Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado! 2 Corintios 5:17.

El Dr. Mordecai Ham, evangelista de Kentucky, de rostro sonrosado y escasa cabellera, había llegado al pueblo. Construyó un rústico tabernáculo de madera en un lote baldío, y empezó a predicar en contra de los pecados de Charlotte, Carolina del Norte. Se amontonaba la gente para escucharlo. Entre los oyentes, estaba un jovencito de 16 años llamado Billy Graham.

Una noche, el Dr. Ham señaló directamente a Billy con su dedo largo y huesudo, al gritar: “¡Eres un pecador!” De inmediato Billy se escondió detrás del enorme sombrero de la señora que se hallaba delante de él.

Después de esa experiencia, Graham pensó que lo más seguro sería incorporarse al coro. Aun allí, Billy temblaba cada vez que el predicador gritaba: “¡Hay un gra-a-a-an pecador aquí esta noche!”

Al final de uno de los servicios, cuando el coro había comenzado a cantar, “Tal como soy de pecador”, el Sr. J. D. Prevatt, dueño de la tienda de ropa para caballeros, tocó a Billy en el hombro.

-¿Te gustaría ser cristiano? -le preguntó.

Billy movió la cabeza afirmativamente.

-Te acompaño al altar, si quieres -le ofreció el Sr. Prevatt.

Billy arrastró los pies por el pasillo lleno de aserrín, para unirse a los que lloraban en el altar.

-No sentí nada espectacular -confesó más tarde-; es más, creo que hice el papel de hipócrita, pues no sentí nada.

-Hijo, estoy tan contenta por lo que hiciste esta noche -le dijo su mamá entre sollozos.

Su padre le dio un fuerte abrazo.

-¡No puedo creer que Jesús, el Hijo de Dios, pasara tanta vergüenza en la cruz por mí! -dijo Billy.

Aquella noche permaneció despierto durante mucho tiempo, al amparo de la luz de la luna que entraba por la ventana, rememorando el evento tan trascendente que le había sucedido.

“A la mañana siguiente, el mundo entero parecía distinto, aun los árboles y las flores”, recuerda Billy. De repente, la vida entera tenía un propósito y cobraba significado.

¿Estás cansado de ser débil y pecador? Jesús está tan dispuesto a cambiar tu vida como lo hizo con Billy Graham. No tienes que esperar un llamado desde el púlpito. Lo puedes hacer hoy, al arrodillarte en tu habitación junto a tu cama. Solo tienes que invitarlo a entrar en tu corazón y permitirle que se haga cargo de tu vida.