SAREPTA MYRANDA I. HENRY
“TORBELLINO DEL SEÑOR”
Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas. Eclesiastés 9:10.
Sarepta Myranda I. Henry* fue una de las primeras dirigentes de la Unión Cristiana de Temperancia de la Mujer (WCTU, por sus siglas en inglés). También fue defensora de la mujer en la Iglesia Adventista, con énfasis en la maternidad cristiana y el hogar. Su padre era un ministro metodista, y ella lo acompañaba en sus viajes. En 1861 se casó con James W. Henry, un maestro que murió diez años después y la dejó con tres hijos pequeños.
Cuando el hijo de la señora Henry fue tentado a entrar en una cantina en 1874, ella organizó a las mujeres cristianas de Rockford, Illinois, para promover la temperancia. Gradualmente aumentó su influencia hasta convertirse en la evangelista nacional de la recién organizada Unión Cristiana de Temperancia de la Mujer.
La señora Henry enfermó en la década de 1880, y en 1895 quedó inválida. En 1896, como paciente del Sanatorio de Battle Creek, aceptó la fe adventista del séptimo día. Poco después fue curada por Dios y reanudó su trabajo en la WCTU.
La señora Henry escribió muchos artículos para la Review and Herald y durante unos dos años tuvo una columna en la revista. También publicó libros y folletos. Su nieta, Margaret Rossiter White, escribió una biografía de ella titulada Torbellino del Señor.
Cuando la señora Henry se convirtió en adventista en 1896, Elena G. de White estaba en Australia. En una carta a la señora Henry, Elena G. de White escribió: “Me sentiría muy complacida de sentarme a su lado y conversar con usted sobre los incidentes de nuestras experiencias” (Carta 9, 1898).
Elena G. de White alentó a la señora Henry a permanecer en la WCTU. Creía que la señora Henry podía ser un poderoso testigo en esa organización, llevando a sus líderes a verdades desconocidas como el sábado del séptimo día.
Aunque la señora White no conoció a la señora Henry en persona, intercambiaron correspondencia hasta el día de la muerte de la señora Henry, a principios de 1900.
Tal vez no fuiste llamada a servir en un ministerio como el de Elena G. de White, pero puedes servir como la señora Henry, luchando por la temperancia y el desarrollo de las mujeres. ¿Te gustaría comenzar hoy mismo? –LC