Domingo 24 de Diciembre del 2017 – MÁS ALLÁ DEL PODER DEL MAL – Devoción matutina para adultos

MÁS ALLÁ DEL PODER DEL MAL

«Cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman» 1 Corintios 2: 9

EL CIELO ES UNA ESCUELA; el campo de estudio, el universo; el maestro, el Omnisapiente. En el Edén se estableció una extensión de esa escuela y, una vez consumado el plan de redención, se reanudarán las clases en la escuela del Edén. […]

Entre la escuela establecida al principio en el Edén y la escuela futura, se extiende todo el período de la historia de este mundo, de la historia de la transgresión y el sufrimiento humano, del sacrificio divino y de la victoria sobre la muerte y el pecado. La escuela del futuro será muy distinta a la escuela del Edén, pues en ella no habrá un árbol del conocimiento del bien y del mal cuya presencia abra las puertas a la tentación. No habrá un tentador ni injusticia. Los que estén allí habrán alcanzado la victoria sobre el mal y este ya no tendrá poder sobre ellos.

«Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en medio del paraíso de Dios» (Apoc. 2: 7). El acceso al árbol de la vida en el Edén era condicional, y finalmente fue prohibido. En cambio, los dones de la vida futura son incondicionales y eternos. […]

¡Qué campo se abrirá allí a nuestro estudio cuando se descorra el velo que oscurece nuestra vista, y nuestros ojos contemplen ese mundo de belleza del cual ahora tenemos apenas vislumbres por medio del microscopio! ¡Cuando contemplemos las glorias de los cielos que ahora solo podemos vislumbrar por medio del telescopio! ¡Cuando, borrada la mancha del pecado, toda la tierra aparezca en «la hermosura de Jehová» nuestro Dios! (Sal. 27: 4). Allí, el estudioso de la ciencia podrá contemplar a fondo la creación sin ni el más mínimo vestigio del mal. Escuchará las melodiosas voces de la naturaleza y no oirá ninguna nota de llanto ni grito de dolor. En todo lo creado encontrará nuevos conocimientos, en el vasto universo contemplará el nombre de Dios impreso en grandes caracteres, y ni en la tierra, ni en el mar, ni en el cielo quedará ningún vestigio del mal. […]

No habrá nada que dañe ni destruya «en todo mi santo monte, dijo Jehová» (Isa. 65: 25, RV60). Allí el ser humano recobrará su dignidad real perdida y los seres inferiores reconocerán su supremacía; las fieras serán amansadas y los animales esquivos se volverán amistosos.- La educación, cap. 35, pp. 271-273.

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