BENDECIDO POR LA FIDELIDAD
“Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi santo… yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado” (Isaías 58:13, 14).
Alberto Timm fue el autor de las lecturas devocionales de 2018 en portugués, y en ellas presentó muchos hechos históricos y sus aplicaciones espirituales. Hoy, sin embargo, quiero compartir contigo una historia, que él mismo vivió, de fidelidad a la observancia del sábado.
“Yo debía viajar de Washington a Zurich, en Suiza, el 14 de marzo de 2015. Cuando busqué los mejores vuelos, encontré dos posibilidades: un vuelo sin escalas, que salía a las 17:40, y otro con dos escalas, que salía a las 23:00. La primera opción era la mejor, pero compré la segunda. El motivo fue simple: el 14 de marzo era sábado, y no tomo vuelos en horas sabáticas, excepto en caso de emergencia.
“Aquel sábado fui a la iglesia con mi familia, y después almorzamos juntos. Cerca de las 17:00, sentía que mi estómago no estaba bien. No pensé que fuera algo grave, por lo cual, después de la puesta de sol, fui al aeropuerto.
“El dolor abdominal y las náuseas fueron en aumento. Comencé a desesperarme y le pregunté a la empleada de la compañía aérea sobre la posibilidad de cambiar mi vuelo. Ella notó que yo no estaba bien y llamó a los paramédicos. Ellos me llevaron en ambulancia al Restan Hospital Center. Mi abdomen se había hinchado como un globo, y solo una inyección, más fuerte que la morfina, controló mi dolor.
“Los exámenes indicaron una obstrucción completa del intestino, que podría ser un tumor. Los médicos me hicieron varios exámenes adicionales, pero el lunes siguiente un simple procedimiento quirúrgico resolvió el problema y, después de dos días, volví a casa.
“¿Qué habría sucedido si yo hubiera ignorado el consejo inspirado de evitar viajes innecesarios en las horas del sábado y hubiera volado a las 17:40? Sin lugar a dudas, el dolor habría aparecido durante la travesía sobre el Océano Atlántico. Y debido a la presión en la cabina del avión, el dolor habría sido aún más intenso. Además, los aviones comerciales no están equipados para tratar con esos problemas”.
Pase lo que pase, sé fiel. “La observancia del sábado es una señal de lealtad al Dios verdadero” (El conflicto de los siglos, p. 433). Él siempre te recompensará.