Domingo 17 de Noviembre – HONESTIDAD – Devocion Matutina para Jóvenes

HONESTIDAD

Entonces Abraham se convino con Efrón, y pesó Abraham a Efrón el dinero que dijo, en presencia de los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata, de buena ley entre mercaderes. Génesis 23:16.

La honestidad es el sello de un carácter virtuoso. u Honesto fue Abraham, quien no quiso el botín de guerra producto de su victoria sobre los elamitas y otros reyes, sino que lo entregó al rey de Sodoma, y los diezmos a Melquisedec, el rey de Salem. Y cuando un príncipe hitita le ofreció la cueva de Macpela para sepultar a Sara, Abraham insistió en pagarle, y lo hizo en plata pura. Honesto fue José, el gobernador de Egipto, quien enriqueció al imperio sin enriquecerse él mismo.

En cambio, otros personajes ensuciaron la historia bíblica con la mancha de su codicia, entre ellos Balaam, quien se vendió a Balac, el rey de Moab, por una gran fortuna. Solo debía maldecir a Israel, pero cada vez que Balaam abría la boca le salían bendiciones. Llegó a profetizar el nacimiento del Redentor. Al fin, aconsejó a Balac que corrompiera a Israel enviándole mujeres idolatras. Israel fue seducido, pero el día de la venganza Balaam cayó en la batalla.

Acán le robó al Conquistador de Jericó un lingote de otro y un fino manto babilónico. Todas las riquezas de Jericó estaban destinadas al Santuario de Dios. Jericó era la primicia de la conquista de Canaán; sus tesoros debían ser ofrecidos a Dios, el verdadero conquistador. Acán lo sabía, pero cedió a la codicia. Tomó para sí esos objetos y no los disfrutó. Los mantuvo enterrados bajo su tienda, y al ser descubierto fue ejecutado con toda su familia.

Ananías y Safira prometieron dar a la iglesia todo el dinero obtenido de la venta de una propiedad, pero solo entregaron una parte, diciendo que eso era todo. Codiciaron al retener una porción, y mintieron a Dios. Fueron ejecutados por el poder divino.

Judas ensució el rostro de Jesús con un beso mientras lo entregaba. Treinta piezas de plata fue su ganancia, pero no las disfrutó. Presa de remordimiento, él mismo se quitó la vida.

Sé honesto. No vivas del dinero ajeno ni seas rehén de la conciencia. Recuerda que “todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gál. 6:7). El dinero obtenido de manera deshonesta se pierde con facilidad.

Lleva con dignidad el estandarte de Cristo, quien te llama a ser honesto.

Radio Adventista

View all contributions by