GUILLERMO MILLER
Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy. Juan 14:3.
Si hubo una persona que verdaderamente creyó en la segunda venida del Señor, ese fue Guillermo Miller, de Low Hampton, Nueva York. Es más, había hecho bien sus cálculos y creía que el Señor regresaría alrededor del año 1843. Se emocionó con esta perspectiva de manera tal que lo contaba a todo el mundo.
-El señor Miller es un buen hombre, pero es un monomaniaco respecto del tema de la Segunda Venida -observó un médico.
Poco tiempo después enfermó uno de los hijos del Sr. Miller, y mandó llamar al médico que lo había ridiculizado. Durante su visita, Guillermo Miller permaneció sentado en un rincón en silencio.
-¿Qué te pasa, Miller? -le preguntó el doctor.
-No lo sé, “Doc” -le respondió Miller-; tal vez convenga que me examine.
-Estás perfectamente bien de salud -le dijo el médico después de haberlo revisado minuciosamente.
-Tiene que haber pasado por alto algo, doctor -le dijo el Sr. Miller mientras sacudía la cabeza-. Creo que soy un monomaniaco. Doctor, ¿cómo lo puede saber?
-Es muy fácil -dijo el médico, un tanto ruborizado-. Un monomaniaco es una persona razonable en todos los aspectos, excepto en uno. Cuando se toca el tema que lo ocasiona, enloquece.
-Muy bien, veamos si lo soy o no -dijo Miller con seriedad y muy seguro de sí mismo-. Si lo soy, debe curarme. Siéntese, mientras le enumero las razones por las cuales creo que Cristo viene pronto. Para cuando termine, usted debe estar seguro de si estoy enfermo o no.
El médico trató de escabullirse, pero no pudo. Al fin aceptó el desafío, y pronto estaba buscando los textos bíblicos que comprobaban la proximidad del fin de este mundo.
-Sr. Miller -le dijo el doctor con cierta preocupación-, Jesús viene pronto y no estoy listo para recibirlo. ¡Ayúdeme, por favor!
Volvió a la casa de Guillermo Miller día tras día durante una semana, hasta tener la seguridad de estar preparado para la segunda venida del Señor.
La segunda venida de Jesús está mucho más cerca hoy que cuando Miller habló con su médico. ¿Estás listo?