“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas ”(2 Corintios 5:17).
Una fábula cuenta que una pequeña oruga caminaba un día hacia el sol. En el camino había un saltamontes que le preguntó a dónde se dirigía. La oruga respondió que había tenido un sueño la noche anterior: desde la punta de una montaña había visto todo el valle. Estaba decidida a hacer su sueño realidad.
Sin poder contener la carcajada, el saltamontes pensó: “¡Está loca! Una piedra será una montaña; un pequeño charco, un mar; cualquier tronco, un obstáculo infranqueable ”.
La oruga después se topó con un escarabajo que, al hacer la misma pregunta, recibió la misma respuesta. El escarabajo también rio de buena gana y le dijo que, ni con sus patas tan grandes, él debería un sueño tan ambicioso.
La oruga siguió su camino. La araña, el topo y la rana reaccionaron igual que el saltamontes y el escarabajo. Pero la oruga siguió su frenética travesía hasta que no aguantó más el cansancio.
Decidió parar a descansar, y con sus últimos esfuerzos construir un lugar donde pernoctar.
Todos los animales del campo fueron a ver los restos de este animal testarudo e ingenuo, que se había construido un monumento a la insensatez. Había muerto en la persecución de un sueño imposible.
Pero una mañana de sol, para sorpresa de todos, aquel duro capullo comenzó a quebrarse y, con asombro, seen unos ojos, unas antenas y las hermosas alas de mariposa de aquel impresionante ser que tenían en frente. Realizaría su sueño; aquel por el que había vivido y muerto… y vuelto a vivir.
Dios también nos creó a nosotros con un instinto de eternidad, con un ideal enorme que puede presentar obstáculos pero que nos llevarán a nuestro verdadero destino. Si en algún momento nos cansamos o creemos que no podemos, quizás debamos hacer un alto en el camino y permitir que Dios haga alguna transformación en nosotros.
Desconozco el autor de esta fábula y de la siguiente frase, pero ojalá pueden ayudarte hoy a replantearte el camino que estás trazando y considerar si realmente te lleva a tu objetivo.
“El éxito en la vida no se mide por lo que ha logrado, sino por los obstáculos que ha tenido que enfrentar en el camino”.
Oremos para que Dios nos dé la sabiduría, la perseverancia, la humildad y la visión correctas.