EL TREN CON DESTINO AL CIELO
“Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la vida y para poder entrar por las puertas de la ciudad” (Apoc. 22: 14).
Me encanta viajar en tren. En Inglaterra, los trenes son más caros que los colectivos, pero más rápidos y puntuales. Me encanta la manera en que se deslizan a través de valles, áreas montañosas, pueblos y ciudades. Puedo llevar todo lo que quiera, porque no hay restricciones relativas a la cantidad de valijas o kilogramos, como en los aviones. Los trenes también llevan a muchas personas. Se vende comida y refrescos, así que no pasas hambre. En Inglaterra, la mayoría de las personas que usa el tren temprano por la mañana va camino a sus trabajos. Quienes lo usan a media mañana o temprano por la tarde, generalmente van de compras o viajan a otras ciudades. Y, por supuesto, los viajeros de la tardecita suelen estar volviendo a sus hogares del trabajo.
Sin embargo, hay otro tren que ansío. Anticipo si llegada más que las de los trenes de este mundo. Nadie conoce el día ni el horario en que este tren llegará, pero definitivamente arribará. Este tren se llenará con todo aquel que esté dispuesto a subir, sin pagar nada, no importa el color, la raza, la edad o el género del viajero. Sin embargo, en este tren hay que ser muy cuidadoso en cuanto al equipaje que se lleva. La maleta con la tarjeta de identificación del “chisme” no estará permitida. Tampoco se admitirá subir con la mochila marcada como “adulterio”. El pequeño bolso con una etiqueta de “negación a perdonar” no irá a ninguna parte. Arrojarán fuera la caja marcada como “fornicación” y la maleta de “ira” se quedará en la estación. A la pequeña bolsa identificada como “robo” o “mentira” no se le permitirá ni estar cerca del tren.
Sin embargo, las grandes valijas de “amabilidad”, “perdón”, “sacrificio”, “amor” “pureza” y “paciencia” tendrán lugar de sobra en este tren. Durante el viaje, se servirá comida y bebidas gratuitamente. Cada vez que tengas hambre o sed, simplemente deberás levantar la mano y los meseros de blanco acudirán a servirte.
Pasaremos por muchísimos países. Cruzaremos innumerables ríos, mares y océanos. Pasaremos por desiertos y montañas, y saldremos al espacio sideral. Quizá, lo más maravilloso es que no necesitaremos pasaportes ni visas para hacer este viaje. Nuestro corazón será nuestro pasaporte. Cualesquiera que sean los planes que tengas para esta vida, planifica viajar en este tren porque tiene el cielo como destino. Y además, ¿no quieres invitar a toda tu familia, a tus amigos y a tus vecinos a ir contigo?
PEGGY RUSIKE