Domingo 10 de Septiembre del 2017 – PIÉNSELO BIEN ANTES DE CASARSE – Devoción matutina para adultos

PIÉNSELO BIEN ANTES DE CASARSE

«Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas!». Proverbios 31: 10, NVI

LA JUVENTUD CRISTIANA debe tener mucho cuidado en la elección de amistades de su cónyuge. Presten atención, no sea que lo que consideran oro puro resulte vil metal. Las relaciones mundanales tienden a poner obstrucciones en el camino de su servicio a Dios, y muchas almas quedan arruinadas por uniones desdichadas, matrimoniales o comerciales, con personas que no pueden elevarlas ni ennoblecerlas.

Considere todo sentimiento y observe todo desarrollo del carácter en la persona con la cual piensa unir el destino de su vida. El paso que está por dar es uno de los más importantes de su existencia, y no necesita darlo apresuradamente. Si bien puede amar, no lo haga a ciegas.

Haga un examen cuidadoso para ver si su vida matrimonial será feliz, o si habrá falta de armonía y será miserable. Pregúntese: ¿Me ayudará esta unión a dirigirme hacia el cielo? ¿Acrecentará mi amor a Dios? ¿Ampliará mi esfera de utilidad en esta vida? Si estas reflexiones no sugieren impedimentos, entonces proceda en el temor de Dios.

La mayoría de los hombres y mujeres, al contraer matrimonio han procedido como si la única cuestión importante fuera amarse mutuamente. Pero necesitan darse cuenta de que en la relación matrimonial pesa sobre ellos una responsabilidad que va más lejos. Deberían considerar si sus hijos tendrán salud física y fuerza mental y moral. Pero pocos han procedido de acuerdo con motivos superiores y con ideales elevados, que no podían desechar con facilidad, como los de que la sociedad tiene derechos sobre ellos y que el peso de la influencia de su familia inclinará la balanza de la sociedad.

La elección de esposo o de esposa ha de ser hecha de manera que asegure del mejor modo posible el bienestar físico, intelectual y espiritual de padres e hijos, de forma que capacite a unos y otros para ser una bendición para sus semejantes y una honra para su Creador.

Busque el joven como compañera a quien sea capaz de asumir su parte en las responsabilidades de la vida, y cuya influencia le ennoblezca, le comunique mayor refinamiento y le haga feliz en su amor.- El hogar cristiano, cap. 6, pp. 42-43.

Radio Adventista

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