Domingo 09 de Abril del 2017 – GIRASOLES – Devoción matutina para la mujer

Devocion Matutina Para Mujeres 2017

GIRASOLES

“Esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Cor. 4:17, 18).

Nuestro huerto produce diferentes hortalizas y frutos: tomates, maíz, frijoles, remolachas y calabazas; sin embargo, las plantas que más crecen son las que no hemos plantado nosotros. No nos importa que crezcan ahí, puesto que embellecen nuestro huerto tanto como nuestras vidas; se trata de los girasoles. Algunos crecen muy alto, y producen una única flor grande, que se inclina radiante; mientras que otros desarrollan un tallo corto, pero están llenos de flores. No solo disfrutamos de su belleza, sino además hemos descubierto que tienen otra característica admirable: la valentía.

Puesto que mi esposo no puede caminar muy bien, a menudo baja al huerto en un carro de golf. Un día, mientras se acercaba a un girasol, pisó el pedal del acelerador en lugar del pedal del freno, y el carro de golf aplastó al pobre girasol. “Se ha estropeado”, suspiré. “Voy a levantarlo”. Mi esposo sugirió que lo dejara donde estaba, y que lo regáramos con un poco de agua, “a ver si crecía”. La planta respondió a su tierno cuidado. Pronto se recuperó, y produjo de nuevo vistosas flores.

Cuando observé la valentía con la cual aquel humilde girasol sobrellevó el traumático contratiempo, me sentí animada a enfrentarme con más valor a algunos problemas de salud que estaba padeciendo. Si Dios podía ayudar a una planta del huerto, con certeza podría ayudarme a mí. También, observé otra razón por la cual el girasol sobrevivió al golpe: tenía raíces muy fuertes. Pensé: “Es necesario que mi fe eche raíces en las promesas de Dios, como el girasol en la tierra. Entonces, no importará cuán fuerte me abatan los desafíos de la vida, siempre puedo depender del Agua de vida. Cristo me sostendrá con su fortaleza”. Finalmente, los remedios naturales, la terapia física y el ejercicio me ayudaron a recuperarme de mi dolor físico.

Ahora, siempre que veo un girasol me siento alentada, porque sé que Dios me ayudará a lidiar con mis contratiempos hasta que regrese para llevarme a casa. Lo hará por ti también.

Betty J. Adams

Radio Adventista

View all contributions by