JUGANDO AL AHORCADO
“Así colgaron a Amán en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo, y se apaciguó la ira del rey” (Ester 7:10).
No sé si donde vives se practica un juego, muy popular entre los niños, llamado “El ahorcado”. Consiste en tomar una hoja de papel y colocar en forma consecutiva una corta línea por cada letra de la palabra por adivinar (generalmente, usábamos palabras difíciles como “otorrinolaringólogo&rdquo. La otra persona irá diciendo letras. Si pertenece a la palabra, se coloca sobre la línea que corresponde, y sino… se anota con un palito en una horca (que irá formando un hombrecito). A medida que se van diciendo letras que no sirven, se va completando el dibujo del hombrecito. Cuando esté terminado, estará “ahorcado”.
Perdí miles de veces al ahorcado. ¡Menos mal que se trataba de un juego!
Aunque para nosotros sea un juego, en algunos países es legal la práctica del ahorcamiento y aún se usa para hacer justicia. Tal vez, el caso más recordado de los últimos tiempos sea el del ex presidente de Irak Sadam Husein quien, el 5 de noviembre de 2006, fue condenado a morir en la horca por habérselo encontrado responsable de diversos crímenes contra la humanidad. La ejecución se llevó a cabo el 30 de diciembre de ese mismo año.
El error en un juego te hace perder, pero el error (o una serie de ellos) en la vida puede ser fatal.
Así, en la Zona de Irak, pero miles de años antes, hubo otra persona que fue condenada a la horca por sus errores. Su nombre era Amán y, en vez de ser un leal servidor del rey Asuero, se llenó de odio, ira y venganza contra Mardoqueo.
La historia no terminó bien para Amán, ya que alimentó su alma con celos y malicia, y planeó asesinar a Mardoqueo. ¡Hasta construyó una horca para tal fin! Amán perdió en el “ahorcado” y en la vida. ¿Por qué?
• Porque en vez de disfrutar de lo que tenía, empleó su energía en envidiar a Mardoqueo.
• Porque en vez de usar su puesto para servir y ayudar, se dedicó a tramar estrategias para perjudicar a los demás.
• Porque en vez de canalizar sus propósitos para crecer y desarrollarse, se ocupó de que otros (como Ester y Mardoqueo) no lo lograran tampoco.
Hoy puede ser un día histórico. Aprende de los errores de Amán, y mantente siempre del lado de la verdad y del bien.
“Hoy, como en los días de Ester y Mardoqueo, el Señor vindicará su verdad y a su pueblo” (Elena de White, Profetas y reyes, p. 445).