DM Damas – Sábado 22 de julio de 2017 – “ROXY”

ROXY

“Todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mat. 21:22).

“Mamá, tienes que orar por Roxy”.

Mi hijo sonaba frenético al otro lado del teléfono. Me preocupé, .y le pregunté:

-¿Cuál es el problema?

Roxy era la nueva cachorrita de mi nieta: una pequeña y tierna bola marrón y blanca, llena de vida. ¡Y cómo la amaba Juliana! De hecho, ¡todos la amábamos!

-Juliana tenía alfileres en la mano y se le cayeron al piso -me explicó Rich- Roxy se tragó uno antes de que Juliana pudiera recogerlos todos. La llevamos urgentemente al veterinario. En una radiografía localizaron el alfiler, pero nos explicaron que necesita cirugía o morirá.

Mi hijo continuó:

-Había una opción más, que nos explicó el veterinario. Podíamos llevar a Roxy a una clínica veterinaria de emergencias, y quizás el veterinario podría llegar a su estómago con unas pinzas y sacar el alfiler. Madelin (mi nuera) y Juliana la llevaron allí. Desafortunadamente, el estómago de Roxy estaba lleno de comida, así que, el alfiler estaba enterrado allí. El veterinario no pudo encontrarlo. Madelin y Juliana están volviendo a casa. No puedo pagar los tres mil dólares que cuesta la cirugía, así que, tenemos que orar.

Prometí orar y lo hice: “Querido Dios, por favor, permite que Roxy viva. Juliana solo tiene once años y ama a Roxy con todo su corazón. No sé cómo lo harás pero, por favor, mantén con vida a la cachorrita”. Tengo que admitir que tenía mis dudas. ¿Cómo podría un alfiler pasar por los retorcidos intestinos de un perrito sin causarle daño?

Diez minutos después, el teléfono volvió a sonar. Era una Juliana feliz la que me dijo: “Cuando volvíamos a casa, mamá me dijo que nos habíamos olvidado de orar a Jesús. Así que, nos detuvimos y oramos. Abuela, Roxy no se va a morir. Yo oré a Jesús y él me dijo que va a estar bien”.

Cuatro días más tarde, luego de mucha preocupación, Juliana, feliz, me volvió a llamar: “Abuela, Roxy ya expulsó el alfiler. Va a estar bien, como me dijo Jesús”. Hoy, Roxy es una cachorrita saludable de un año, y todavía continúa siendo una dulce bola de pelo muy alegre. No importa lo que estés enfrentando hoy, recuerda la lección importante que una niña me enseñó: ¡nada es demasiado difícil para Dios!

Dalores Broome Winget

Radio Adventista

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