Domingo 10 de julio – Dios no es culpable – Devoción matutina jóvenes

Domingo 10 de julio – Dios no es culpable – Devoción matutina jóvenes

«Algún enemigo ha hecho esto» (Mateo 13: 28).

Ernie Chambers, senador estatal de Nebraska, Estados Unidos, presentó una demanda contra Dios en la que lo acusaba de ser el causante de las «espantosas inundaciones, violentos terremotos, horrendos huracanes, terroríficos tornados, perniciosas plagas, feroces hambrunas, devastadoras sequías y guerras genocidas» que ocurren en el mundo y que han provocado «muertes masivas y destrucciones, y que han aterrorizado a millones y millones de habitantes».

Que alguien pretenda hacer comparecer a Dios frente a un tribunal y atribuirle la muerte de millones de personas parece una locura. Pero Chambers no es un lunático. Por el contrario, es un ciudadano honorable de su comunidad. Quizás tú no hayas pensado llevar a Dios al banquillo de los acusados, pero con seguridad la duda te sobrecoge cuando lees, escuchas o sufres las consecuencias de una catástrofe natural. Todos en algún momento nos hemos preguntado: ¿Es Dios culpable de estas tragedias?

En Mateo 13 Jesús narró la historia de un hombre que sembró buena semilla en su campo, Pero cuando todos estaban durmiendo «llegó un enemigo, sembró mala hierba entre el trigo y se fue». En consecuencia, junto con el trigo bueno «apareció también la mala hierba» (versículos 25, 26). Pero el culpable de que apareciera «la mala hierba» fue el «enemigo» que la sembró.

Es Satanás el que suscita «espantosas inundaciones, terremotos, horrendos huracanes, terroríficos tornados, perniciosas plagas, feroces hambrunas, devastadoras sequías y guerras genocidas». Es Satanás el que está envenenando la atmósfera y alterando los elementos de la naturaleza. Y hace todo esto usando a sus agentes demoníacos, pero también se aprovecha de nuestra ambición y de nuestro egoísmo para continuar destruyendo nuestro planeta. Por todas partes el enemigo anda sembrando su «mala hierba». Así que en lugar de demandar a Dios por todo lo malo que sucede en el mundo, hagamos preparativos para irnos a vivir con él en el cielo.

Muy pronto Dios liberará a su creación de todos los males que el pecado ha provocado. Él nos ha prometido llevarnos a vivir a un «cielo nuevo y una tierra nueva» (Apocalipsis 21: 1, RV95) donde no habrá terremotos ni ciclones, ni enfermedades ni muerte. Cuando llegue ese momento, tú, Dios y yo nos sentaremos a juzgar a todos aquellos que atribuyeron a Dios lo que había hecho Satanás.

#DiosesBueno

Radio Adventista

View all contributions by