Domingo 2 de octubre. Devoción matutina adultos – “La matriz macedonia – 2”

Domingo 2 de octubre. Devoción matutina adultos – “La matriz macedonia – 2”

«Así que, pasando de largo por Misia, bajaron al puerto de Tróade. Allí Pablo tuvo de noche una visión; vio a un hombre de la región de Macedonia, que puesto de pie le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos». En cuanto Pablo tuvo esa visión, preparamos el viaje a Macedonia, seguros de que Dios nos estaba llamando para anunciar allí la buena noticia». Hechos 16: 8-10, DHH

¿TE DAS CUENTA? Estaban «seguros». Prueba suficiente de que la mejor manera de llegar a una puerta abierta es por medio de una cerrada. Ahí están la anomalía y el misterio de la dirección divina. Nosotros pensamos que el que la puerta esté cerrada significa que no hay manera de entrar. Pero Dios responde: «No, no. Precisamente porque la puerta está cerrada, ustedes van a atravesar… otra puerta». Esa debe de ser la razón por la que sigue permitiendo que se nos cierren las puertas: para que un día descubramos la suya abierta.

¿Podría ser que la puerta abierta para Pablo también sea una puerta abierta para ti y para mí? Jim Collins, en su obra Good to Great: Why Some Companies Make the Leap… and Others Don’t, describe que las empresas y las organizaciones de más éxito cuentan con la motivación de lo que él llama una MGDA: meta grande, difícil y audaz. Se trata de una meta gigantesca y abrumadora tan apasionante que motiva a toda la organización en su misión. En el ruego macedónico, ¡Dios dio a Pablo una MGDA apasionante! Hasta entonces, Pablo y los demás se habían contentado con vagar por Asia Menor por el evangelio de Cristo, una misión loable sin duda. Pero todo el cielo estaba listo para una MGDA, y en esa sola visión —«Pasa a Macedonia y ayúdanos»— Dios quita las fronteras a la misión de Pablo. «Sueñas en términos demasiado pequeños para mí, Pablo. Pides una provincia, ¡pero yo quiero darte un continente que, un día, se convertirá en todo Occidente!».

Entonces, ¿dónde está nuestra Macedonia? Es todo un planeta de hombres, mujeres y niños perdidos, ¿no? El Occidente secular, el Oriente gentil y las ciudades de ambos: porque ¡la Macedonia de esta generación es el mundo! «El manifestar un espíritu generoso y abnegado para con el éxito de las misiones [globales] en el extranjero es una manera segura de hacer progresar la obra misionera [local] en el país propio; porque la prosperidad de la obra [local] que se haga en él depende en gran parte, después de Dios, de la influencia refleja que tiene la obra evangélica [global] hecha en los países lejanos. Es al trabajar para suplir las necesidades de otros como ponemos nuestras almas en contacto con la Fuente de todo poder» (Obreros evangélicos, p. 481). ¿No es hora de permitir que el divino llamamiento macedónico MGDA movilice nuestras ofrendas, nuestro voluntariado y nuestras salidas para Jesús?

 

Radio Adventista

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