Sábado 30 de julio 2016. De paso por este mundo – Matinal jóvenes

Sábado 30 de julio 2016. De paso por este mundo – Matinal jóvenes

«Que en este mundo ellos estaban de paso, como los extranjeros» (Hebreos 11: 13, TLA).

Un viajero visitó al rabino Hofetz Chaim y quedó muy impresionado al ver que el hogar del maestro era una habitación repleta de libros, con una mesa vieja y una pequeña silla como único mobiliario. Al ver la sencillez de Chaim, el turista le preguntó:

—Maestro, ¿dónde están sus muebles?

— ¿Dónde están los tuyos?

— ¿Los míos? Qué pregunta tan extraña… yo estoy aquí de paso.

—Yo también. Este no es mi hogar, solo estoy aquí de paso.

Este relato resume muy bien nuestra situación: somos «extranjeros de paso por este mundo» (Hebreos 11: 13). Este no es nuestro hogar, Jesús dijo que no pertenecemos a este mundo (Juan 17; 16) y Pablo declara: «Nosotros somos ciudadanos del cielo» (Filipenses 3:20). Siendo así, no podemos darnos el lujo de colocar todo nuestro interés en bienes que se esfumarán ante el paso inexorable del tiempo. ¿Aspiramos a tener herencia en un mundo que será destruido?

En Apocalipsis 21 y 22 el profeta Juan describe nuestro futuro hogar: «Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, y también el mar. Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de la presencia de Dios. Estaba arreglada como una novia vestida para su prometido. Y oí una fuerte voz que venía del trono, y que decía: “Aquí está el lugar donde Dios vive con los hombres. Vivirá con ellos, y ellos serán sus pueblos, y Dios mismo estará con ellos como su Dios”» (Apocalipsis 21: 1-3).

El profeta Isaías, que también había contemplado la tierra redimida, escribió: «Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra. De lo pasado no habrá memoria ni vendrá al pensamiento» (Isaías 65: 17, RV95). En la tierra nueva todo será felicidad y gozo (versículo 18); el lloro y el clamor no existirán allí (versículo 19). El profeta, incluso, anuncia que Dios «destruirá a la muerte para siempre» (Isaías 25:8, RV95). ¿No te gustaría vivir en ese mundo muevo? Ese es tu verdadero hogar. Y ahí es donde perteneces. Al trabajar, estudiar, planificar tu bienestar en esta tierra, ten en cuenta que Jesús te espera en tu verdadero hogar: el cielo.

#MiCasaeseCielo

Radio Adventista

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