Martes 26 de julio 2016. ¿Cómo lees? – Devoción matutina mujeres

Martes 26 de julio 2016. ¿Cómo lees?  – Devoción matutina mujeres

«¿No es verdad que el corazón nos ardía en el pecho cuando nos venía hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras?» (Luc. 24:32).

“Las partes de la Biblia que me preocupan no son las que no puedo entender, sino las que entiendo”. Mark Twain

¿CÓMO LEEMOS LA BIBLIA? Según el teólogo Scot McKnight* existen varias formas de leerla. 1) De manera informativa, para entender lo que dice. Con este propósito mucha gente estudia griego o hebreo para captar los tiempos verbales, las estructuras sintácticas y las expresiones originales sin los límites de la cultura. 2) Con un interés práctico, para descubrir cuáles han de ser los propios puntos de vista ideológicos, teológicos, sociales o políticos ante el mundo. 3) De manera cultural, para saber cuáles fueron las intenciones de los escritores bíblicos, y especialmente las de Jesús, dentro de sus contextos culturales tan distintos al nuestro. 4) De acuerdo a la moda, y a lo que dicen los gurús de la religión y la espiritualidad, sean cuales sean los que cada uno tiene. 5) Para formarnos y crecer individualmente, con el corazón abierto a recibir de Dios guía espiritual, conductual y relacional. Este último es, sin duda, el que más sentido tiene para la mujer cristiana de hoy: leer la Biblia de tal modo que nos conduzca a vivir delante de Dios de la manera que él espera que lo hagamos: con los valores morales que nos ha inspirado a través de ella y con fe en su gran protagonista, Jesucristo. Aparentemente, Jesús recibió acusaciones de no leer e interpretar correctamente las Escrituras (ver Mat. 5: 17-20), porque sus explicaciones se oponían tanto a las de los legalistas como a las de los liberales. Pero él vino «a darles su pleno valor» (Mat. 5:17), a recordarnos su vigencia actual y su cumplimiento futuro, y a llamar nuestra atención al cumplimiento de sus indicaciones y mandamientos. Así nos ha enseñado el gran Intérprete de cada una de las milenarias verdades de la Biblia.

La vida del cristiano no ha de estar marcada por la cultura, la moda, la información ni las tendencias, sino por las verdades reveladas en la Palabra de Dios. Estas verdades han de moldear nuestro carácter y nuestros actos, de manera que en verdad lleguemos a amar a Dios sobre todas las cosas, y a los demás como a nosotros mismos.

 

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